No hay que perder de vista el hecho que el acceso a los distintos bienes que ofrece el territorio se encuentran condicionados por relaciones espaciales de residencia, distribución de servicios y condicionantes socioculturales, etarias y de género. Cuando imaginamos una movilidad desde los sujetos y sus territorios conviene, sin lugar a dudas, considerar las experiencias de quienes se mueven. No es lo mismo desplazarse en una ciudad intermedia de la Region de Los Lagos que moverse en pequeñas lanchas en el Archipiélago de Chiloé. Es decir, la movilidad y el viaje serán complejos y distintos en cada situación. Resulta primordial a las políticas públicas con rostro humano, atender las particularidades de los sujetos, sus significados y experiencias de viaje como indicadores de las desigualdades a las que se ven enfrentados en sus prácticas cotidianas.
Alejandra Lazo Corvalán